La depresión afecta aproximadamente a una de cada cuatro mujeres y uno de cada ocho hombres  a lo largo de la vida y supone un mayor riesgo de autolesión y suicidio.
 La depresión se puede tratar y puede afectar a cualquiera.


Algunas personas pueden tener pensamientos de suicidio una o dos veces en la vida, debido a crisis personales o existenciales. Sin embargo, aproximadamente el 80-90% de las personas que mueren por suicidio habían sido diagnosticadas de una enfermedad mental y, en la mayoría de los casos, este diagnóstico era de depresión. Las personas pueden sentirse desanimadas, tristes o angustiadas durante un período de tiempo prolongado, pero una crisis suicida real suele ser un estado mental de corta duración.
 Siempre debe tomarse en serio la mención de los pensamientos o los planes de suicidio. Ofrecer apoyo emocional y médico adecuado puede ayudar a las personas a superar una crisis suicida.